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dimecres, 18 de juny del 2014

El homenaje a Comorera

Carta al director aparecida en El País el 22 de abril de 1985. 

El estira y afloja a que se libraron los políticos que intervinieron en el homenaje póstumo dedicado a Joan Comorera refleja muchas actitudes contrarias a la gallardía, nobleza y rectitud del que fue secretario general de los comunistas catalanes y firmante fiel del manifiesto de la fundación del PSUC.Los organizadores de los actos no los airearon para que la masa popular acudiera a ellos, como hubiera sido lo lógico tratándose de un luchador de la clase obrera y campesina, sino que lo redujeron a una colaboración de la Generalitat de Cataluña junto al minimizado PSUC de ahora. Y, aún más, tanto los unos como los otros presentaron a un Joan Comorera republicano y demócrata, aunque algunos se aventuraran a decir que era marxista. Total, olvidaron lo que representaba, es decir su doble condición de dirigente marxista-leninista y de catalán de cuerpo y alma, que murió por ser todo eso. Ninguno de los que hablaron han dicho por qué fue expulsado del PSUC, ni quien o quienes ordenaron su ostracismo. En todos los oradores se acusó ese vacío.

Paralelamente, la. Prensa confeccionó unos relatos inverosímiles, sobre si fue denunciado por tal o por cual. La realidad -después de mucho tiempo lo supimos algunos militantes- es que Carrillo y Pasionaria dictaron la sentencia. Porque Comorera no se avenía al centralismo, autoritario además, del PCE. Se ha silenciado también -¡cuántos silencios!- que cuando se creó el PSUC, la III Internacional lo consideró como la sexta sección de la misma. El que parece ser su biógrafo, Miquel Caminal i Badia, ha explicado que Joan Comorera quería crear un partido nacional, marxista e independiente. Pero queremos subrayar que el PSUC ya nació así. ¿Por qué Comorera iba a crear entonces lo que ya existía? No, no es eso. Lo que pasó es que Comorera no quiso someterse ni doblegarse al centralismo dictatorial de Carrillo y de Pasionaria, así como a la soplonería de los que entonces decían amén a todo.

Con todo eso como fondo, el homenaje fue, en definitiva, una mala comedia.

Gabriel García Sepúlveda, director de Endavant, órgano del PCOC.

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